"Los monstruos viven en una isla a la que van los niños cuando se sienten tristes."
Una frase así bien podría haber sido escrita por Maurice Sendak, autor de la obra en la que el director Spike Jonze se ha basado para firmar otra de sus personalísimas películas.
Jonze, que en su momento elevó el videoclip a la categoría de arte, consigue trasladar a la pantalla una historia que en su versión literaria contiene una veintena de frases, dotándola en su versión cinematográfica de una profundidad maravillosa, explorando aún más los temas que Sendak planteaba.
"Where The Wild Things Are" no es una película para niños, que quede claro. Es una película para adultos que trata sobre la infancia, sobre las sensaciones que tienes cuando eres un niño. Sobre la soledad y la confusión que puedes sentir. Sobre una época en la que pasamos de la alegría a la rabia, de la crueldad a la ternura, en fracciones de segundo. Es un retrato veraz, que llega al corazón, tanto que es posible que haga derramar algunas lágrimas a más de uno/a al sentirse identificado/a.
Porque eso es algo que logra Jonze, sin duda. Jugar con las sensaciones que transmite el film, una película "montada con las entrañas", como diría uno de mis profesores. Y la banda sonora es algo que ayuda muchísimo a conseguirlo, subrayando cada momento importante de la película. Una música compuesta por Karen O, vocalista del grupo Yeah Yeah Yeahs, y por Cartel Burwell, conocido por ser el compositor de (creo recordar) todas las bandas sonoras de las películas de los hermanos Coen.
En definitiva, Spike Jonze firma una de las mejores películas del año, sin ninguna duda. Un film que conquista al espectador, y que le hace transportarse a ese lugar donde viven los monstruos. Un lugar en el que, estoy seguro, muchos hemos estado ya antes.
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